martes, 10 de julio de 2012

Una mirada desde la vasta mayoría.

Leí cuatro textos que convergen en una idea, al menos a mi (parte del común de los mortales) me lo parece. Y como este es un blog personal procedo a exponer:
Dice Mario Vargas Llosa en La civilización del espectáculo  que todo (arte, cultura, literatura, música, cine, política, periodismo y sexo)  ha sido trastocado por la frivolidad, estado que permea a todos y todo como una "tabla de valores invertida o desequilibrada en la que la forma importa más que el contenido, la apariencia más que la esencia y en la que el gesto y el desplante hacen las veces de sentimientos e ideas". 


Pero de dónde viene tal sorpresa o reclamo ante el cambio, cómo si la historia de la humanidad no hubiera ya pasado por diversos estadios. Qué esperábamos, ya lo había escrito Neil Postman Cinco cosas que necesitamos saber sobre el cambio tecnológico:
1. Todo cambio tecnológico es un Pacto con Fausto, te doy pero qué me das a cambio. Todo tiene un costo, es necesario conocerlo. La cultura paga el precio de la tecnología.
2. No se distribuye equitativamente entre todos.
3. La tecnología encierra ideas abstractas, poderosas, no evidentes. Tal vez respuestas que la ciencia tenga, pero desconocidas o negadas. Hay una superficialidad inmediata pero detrás está la profundidad.
4. El cambio tecnológico es poderoso, no se suma, transforma todos, es ecológico.
5. Los medios de comunicación tienden a mitificarse y por lo tanto se len concede un valor que paraliza a quien ose modificarla. Y si los medios de comunicación afectan a la comunicación humana, la comprensión, la sensación y el valor entonces se producen cambios en la sociedad, en la civilización.


Sí, hay cambios, muchos, diversos, intensos, profundos y aparentemente frívolos. Pero es es justamente en ese quid pro quo que se puede ganar, no siempre se pierde. Vargas Llosa acusa de tener una cultura banalizada, donde la información prolifera de manera irresponsable; parece quejarse de la "democratización de la cultura". Su queja va contr la cultura que se ha trivializado porque está en manos de todos, no le parece que los "intelectuales" antaño una clase elitista, ahora se adocene. Qué de malo hay que la información de todo tipo fluya. Dice Octavio Islas en Cibernética y comunicaciones digitales: "La circulación de la información es la condición necesaria para el ejercicio democrático, entrevé la posibilidad de una sociedad descentralizada", señala que controlarla, embargarla y confinarla al secreto o a la desigualdad en su acceso, fenómenos del poder y el dinero, representan un retroceso al progreso humano.


Antes a algunos nos gustaba buscar lo que, a decir de Vargas Llosa, la alta cultura y jerarcas culturales decían. Y eramos algunos porque, lo sigo, su lenguaje era complejo, sus exposiciones eran difíciles o ilegibles para las vastas mayorías. Y eso le gustaba o prefería, ante lo ligth, ya no hay más asesores culturales conspicuos que funjan como directores de conciencia política que nos permitan, a través de su lente, conocer, comprender, analizar y opinar. Ahora seguimos a cualquiera en Twitter


Estoy de acuerdo con Jorge Volpi en El último de los mohicanos tal vez las palabras de Mario Vargas Llosa sean la despedida de una casta de intelectuales. Ahora viene toda una legión mucho más horizontal, diversa, incluyente, todos pueden opinar, juzgar, criticar. Pero los lectores,usuarios o seguidores elegimos a quién seguimos, a quiénes retuiteamos. No todo es empobrecimiento de ideas, no creo que el pensamiento haya perdido vigencia y que la sociedad del espectáculo embote la sensibilidad y el intelecto. 


En realidad cada uno va creando su propia red, sea o no Entorno Personal de Aprendizaje, pero yo he logrado leer, analizar y establecer relaciones entre los textos mencionados. Algo es algo, ¿no?

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